Alejandro Sagarduy Sarriá, el jabato vasco

Sagarduy nació en Erandio ( Vizcaya ) el 7 de Mayo de 1961.

Llegó a Cartagena para cumplir los deberes del estado y ya se quedaría para siempre al conocer a  Mari Carmen con la que tuvo dos hijos, Ana Laura y Alejandro, sus otras pasiones junto al fútbol.

Era conocido como el “ Jabato “ por su brega y lucha constante en cada partido.

Debutó a los 16 años con la Sociedad Deportiva Erandio con la que ascendió a Segunda B.

Fue traspasado a la U.D. Salamanca quien,  debido a que debía cumplir el servicio militar en Cartagena, en Infantería de Marina en el Tercio de Levante de la ciudad portuaria, le cedió al equipo de nuestra ciudad y a la siguiente temporada ya quedaría en propiedad del club albinegro, donde jugaría durante 16 años, con un breve paréntesis en el Orihuela Deportiva de dos temporadas y con el que ascendió a Segunda División. Fue una época en la que el Vasco lo pasó mal, debido a que él nunca quiso abandonar el club de su vida, pero discrepancias con la directiva de aquella época,  condicionaron su salida aquellos dos años.

Todas las temporadas que estuvo en el Cartagena, a pesar  de sus cambios de nombre, ha sido junto a Perico Arango, el jugador que más veces ha defendido la elástica del Cartagena FC, con más de 600 encuentros.

Aunque vasco de nacimiento siempre se consideró un cartagenero más, demostrando un gran cariño hacia esta tierra.

La mala suerte hizo que tuviera que luchar contra una grave enfermedad  con la que se batió el cobre durante bastantes años, como lo que era, un  “ Jabato “; una complicación en su tratamiento, acabó con su vida un 30 de Noviembre de 2018 a los 57 años.

Durante su vida deportiva y después de terminar su carrera tuvo muchísimos reconocimientos, entre otros, la Insignia de oro de la Federación Murciana, del Cartagena F.C. y del F.C. Cartagena, la gala Sportcartagena y la Medalla de Oro de Cartagena por la Caridad.

Cuentan excompañeros suyos de vestuario que los días de partido se metía en el aseo y simulaba vomitar con grandes arcadas, cosa que hacía de broma;  años después sus compañeros se lo recordaban cuando lo hacía en el terreno de juego uno de los mejores jugadores, si no el mejor, que ha dado el fútbol.

Era muy escrupuloso  y perfeccionista con las botas, pues después de los partidos  dedicaba mucho tiempo en limpiarlas y dejarlas como nuevas, incluso con grasa de caballo y listas para el próximo partido;  decía,  que eran sus herramientas de trabajo.

Los días de partido, era tal la concentración que tenía, que no se podía contar con él, ni aún para llevarte a urgencias.

Cuenta su compañero de equipo, Isidoro,  que el “ Brujo “ Genaro Zapata, fisio del equipo durante muchísimos años, hizo una sesión de Sofrología en el vestuario, una sesión que consistía en entrar en una fase de adormilamiento pero sin estarlo;  al Vasco le dijo que contara del 1 al 10, pero que el número 7 ( número que por cierto era el que llevaba Sagarduy en la camiseta ) no existía, que cuando contara y llegara al 6, saltara al 8.

Después de la  sesión,  al también desaparecido Sebastián le dijo que  jugaba en el Salamanca; y le decían, pero Vasco ¿ cómo es posible que no cuentes el 7 si es tu dorsal en la camiseta ?  y “tu no juegas en el Salamanca juegas en el Cartagena” . Y así se tiró durante bastante tiempo lo que producía gran cachondeo entre sus compañeros.

Era tal la alegría que demostraba siempre que Perico Arango le decía que se había tragado un payaso.

Isidoro cuenta que el vasco era de esas personas que marcan, que te dejan huella, ya  que cada día que pasa le echa más de menos y que conocerle ha sido una de las cosas más importantes que le ha pasado en la vida.

Este artículo va dedicado a Alejandro y a su esposa Mari Carmen y a sus hijos Ana Laura y Alejandro con motivo de la puerta que el Estadio Cartagonova va a estrenar próximamente dedicada a otro jugador histórico para el Cartagena, quién también lo dio todo por la albinegra.

 

 

Juan Carlos Pelegrín Solano

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