SER OPOSICIÓN EN LA CORTIJÁ, ES MUY CÓMODO

SER OPOSICIÓN EN LA CORTIJÁ, ES MUY COMODO

Porque ya se encargan los que están al mando, sisa y afanamiento, de que a la llamada oposición, que solo va al baile cuando le apetece y tiene ganas, no le falte naica. Y como ya se ha hecho costumbre entre los jornaleros que la derechona casposa sea lo mejorcico que puede haber para que, poco a poco, pero sin descanso, la cortijá murciana y la cartagenera, sea la zona ibérica donde, con una falta total de sensibilidad y de odio propio de lo cazurros e incultos que son, al planeta no solo se pasan por las pelotas la libertad y el vuelo de los pajaricos, sino donde menos justicia hay de todo el territorio nacional, sin supuestos de ninguna clase.

Es probable, que generaciones futuras, no porque al partido popular murciano, a vox y a ciudadanos en su beata incultura crean que los pajaricos sueltos contaminan con sus cagadicas los campos, y es mucho mejor tenerlos enjaulados o muertos, sino porque el concepto de justicia y libertad no puede arraigar donde solamente hay carne con ojos y afeites domingueros.

Tendría que haber, antes de que todo este sin sentido termine reventando, una exposición pública en cada ciudad, comunidad, o partido judicial, a la que pueda acudir cualquier persona que quiera; y que para los estudiantes de Derecho fuera una asignatura más a computar, donde público y con prensa, las sentencias tan rocambolescas emitidas por la justicia española, fueran exhibidas y comentadas, porque de gente infalible, están la cosa como están.

Y una vez que exista ese pequeño temor a ser juzgados, y más que juzgados, analizados, los juzgadores, supuesta la manifiesta gandulería de los partidos en la oposición, que sus emolumentos económicos corrieran por parte de los bolsillos de los afiliados, y, en modo alguno nutrirse de dinero público; haciendo en muchos casos conocidos unos paripés, que son los causantes de que en Andalucía haya estado el partido socialista treinta años gobernando, y aquí en la Cortijá se espera que dure lo que duró Franco, porque el franquismo está durando mucho más.

La cortijá murciana hace tiempo que se puso sus “antojeras”, estableció una monarquía sobre la que actúan y mandan la secta de los gusanitos y los del opus-pus, junto a un funcionariado que, a modo de los huracanes que se meten en la mar a cargar energía, ellos van a las consejerías, direcciones generales y asesorías por riguroso turno a recoger perras. Todo, mientras se aparenta que el asunto rula; pero, el porrazo final o traca, nadie puede predecirlo si alguna vez nos podemos quitar las caretas para gritar al viento, claro y alto, lo que estamos pensando de todo esto.

Como tontos de baba no lo somos, aunque les demos esa sensación a los que se han comprado los trajes y corbatas, el mejor signo de permanencia política, por cientos en estos días, la evolución de los acontecimientos económicos, aunque aparentan estar atados y bien atados, no hay ahora mismo adivino que pueda predecir que las gentes vamos a seguir tomando por saco tan felices y tranquilas mientras vemos a los políticos en sus coches oficiales sonrientes y lustrosos, echándonos a su modo y manera sus bendiciones, que suelen ser sonrisas rompe-pelotas.

Cartagena está triste; En el campo de Cartagena, las empresas extranjeras solamente nos dejan la mierda y la basura, y los beneficios de una explotación intensiva y burra, se marchan descaradamente a otros países, que, como el caso de Inglaterra, encima la dueña del agua dulce murciana, no son ni de Europa, dejando tras de sí unos jornales de esclavitud, y unos caciques de paja tan inhumanos como los que operaban en aquellos santos obrajes de Las Indias, donde estaban todos encadenados a su lugar de trabajo, todo copiado de los tiempos de los remeros y las galeras.

Porque de galeras, remeros y esclavitud, se sabe mucho en Cartagueto.

Salud y Felicidad sin covid. Juan Eladio Palmis.

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