¿HASTA DONDE, PAISANOS CAPULLOS, TENEMOS QUE LLEGAR?

¿HASTA DONDE, PAISANOS CAPULLOS, TENEMOS QUE LLEGAR?

Si se mira sin ideología ninguna, que servidor la tiene y cada vez más conforme con ella: rojo republicano, el ayuntamiento cartagenero, que juntamente con el mazarronero son los que más conozco desde fuera por sus olores a entidades podridas, inútiles, costosas; y, lo que es peor; y en eso se lleva la palma el ayuntamiento cartagenero: entidades públicas totalmente enemigas de los vecinos que los está jodiendo continuamente.

Por eso uno piensa que si los ayuntamientos volvieran a lo que fueron hace unos muy pocos años, y no a los monstruos chupadores parásitos actuales, volvería la felicidad a las localidades.

En Cartagena, Cartagueto para los apáticos vecinos, abrir cada día la prensa, es encontrarte con una notica en la cual el ayuntamiento o está jodiendo una playa, o un espacio protegido, o sigue sin realizar ninguna obra de provecho vecinal, o anunciar más desvalijo económico; Y que no sea toda su labor reunirse con algún cacique y de un modo sonriente y burlesco nos preparen alguna emboscada en la sabiduría que la justicia y la ley se fueron hace tiempo de la Cortijá, y, probablemente no lo hicieron en patera precisamente.

No, no es para escribir algo sobre la época; pero este principio de verano de aspecto de cornisa cantábrica en Puerto de Mazarrón, bajo una parra que se le nota el abuso de los vientos locales de levante norteados, estoy tratando de recordar y poner en orden todo el proceso social que llevó a España a estar, mucho más de un quinquenio, bajo una dictadura militar, la de Primo de Ribera, pero manteniendo a mesa, café, copa y puro, un rey, Alfonso XIII, con todo el elenco monárquico que, por seguir todos en lo alto de la burra, las crónicas, como ahora, se desvive en halagos hacia los dos estamentos; no sin su miajica de envidia de la curia que estaba muy calladica por si las moscas se volvían mosquitos y le picaban.

Y cuento esto, porque aquella España, en teoría más analfabeta que la de ahora, el hecho de tener dos fuerzas, dos bandos, tirando del cajón de la perras nacionales, era un hecho que les hacía zurrir las tripas a las gentes; Y, sin aspavientos de ninguna clase, el tremendo poderío social que significaba la masa obrera, especialmente la numerosa catalana, menos la madrileña, y más ruidosa la asturiana que numerosa, arrancaron de abajo, popularmente, una República pacífica en España sin pegar ni un solo tiro; es más nunca ni Madrid ni Barcelona han visto tanta gente feliz bailando por sus calle, como en los días previos a promulgarse la Segunda República Española.

En Cartagena, a nivel personal, particular, alegando el respaldo de unos partidos que en votos municipales ni existen, tres personas y un puñado grande de concejales irresponsables pero responsables de la sangría que se está realizando, que detrás de los tres más beneficiados en todos los aspectos, el propósito básico, tratan de ocultar la casa de tapadillo anti-vecinal que significa el ayuntamiento, están manifestando con su actitud que la sociedad que ya está haciendo un siglo que ha pasado, era más responsable, y gracias a ellos y a su buen hacer, estamos nosotros aquí.

Existen mucha dudas razonables que dan motivo sobrado para pensar, que si para el ayuntamiento cartagenero sus enemigos son los vecinos y sus reivindicaciones, lo lógico sería que los vecinos solamente tuviéramos que llorar una sola vez. Y tal y como hicieron nuestros antepasados, muchos siglos de sables y coronas, no los amedrentaron para salir a la calle y defenderlo que entendían que era el bien común para todos.

Ahora, si hay un problema en Quitapellejos, Cabo de Palos, La Estación, Los Nietos, o cualquier esquina o centro ciudadano, le importa un pijo a los demás sectores de la población. Es más se puede perfectamente observar como le hacen el peloteo a los del amasijo municipal, para que les coloque el nene o la nena en el ayuntamiento, donde a fama se tiene que el trabajo consiste en rascarse las matriculas.

Salud y felicidad sin covid y sin tanto desparpajo negativo. Juan Eladio Palmis.

Libre de virus. www.avast.com

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