MIEDO, MUCHO MIEDO

MIEDO, MUCHO MIEDO

La denominada “globalización informativa” q ue solamente alcanza a un puñado de habitantes del planeta, los cuales, muchos de ellos no ingieren ni una comida diaria fruto de la beata insolidaridad humana, nos quieren aterrorizar desde el corazón del capitalismo asqueroso, mentiroso, despiadado, que, sin explicar el por qué, está utilizando los medios de comunicación de su propiedad, para aterrorizarnos con pavores inventados, con miedos fraguados, visto que el miedo al infierno y al pecado no ha funcionado como se esperaba.

Y quieren que nos traguemos que un apagón que mande al puro carajo a los cajeros de los bancos, los ascensores, las televisoras, aeropuertos, el internet y los teléfonos móviles los deje sin cargar, está dentro de sus previsiones de beneficios inmediatas, en vez de subir, como es su propósito y logro, de una vez el precio de los alimentos, por el monopolio de unión en la compra de las llamadas grandes superficies (en realidad grandes depredadores de la economía y del comercio amable), y el de los productos energéticos, una vez que se ha logrado que hasta lo tontos de los pueblos le tengan más miedo a la palabra comunista que al tío del saco capitalista.

El miedo sin saber de dónde viene o quién lo lleva en su poderosa mochila, siempre le ha dado, y les sigue dando, un tremendo resultado positivo económico de malgasto y mantenimiento a las actuales sectas religiosas y sus homólogos los partidos políticos, que, según todos los indicadores sociales a moda y orden de sus amos, se han vuelto hacia sus patrocinadores; el propio capitalismo y sus armas de fuego; y visto que ya somos muchos habitantes en el planeta, en un número que las religiones no han podido controlar con sus criterios de pecado, incluido el más grave para ellos, el fornicar, vamos camino certero de que de continuo nos provoquen un miedo cerval, profundo, intangible, como eran los buenos miedos locales, que ahora se han hecho, en virtud de la tecnología universales.

Pero visto que el infierno, el tío del saco, el coco, las brujas y brujos, ya no producen respeto ni miedo alguno, ahora nos amenazan con nuevos miedos energéticos y de alimentación, porque la sensibilidad y la cultura prácticamente ha desaparecido de la sociedad en general; En una parte muy grande de la Humanidad porque ni ha llegado y campean en los poblados y aldeas las sequías y las hambrunas a la luz del día y sin electricidad por la noche; y, tan solo una parte muy mínima de la abundante población humana utilizamos pos palillos de dientes, y es precisamente a los que nos están introduciendo los nuevos miedos creados, insisto, por las indecentes empresas capitalistas-religiosas.

Está muy claro que en la superpoblación, entre las gentes que sobramos en el planeta, no se encuentra ni un solo político, asesor, funcionario sin función, o rico derrochador de los que un par de ellos cualesquiera consumen más energía que media África, media América, media Asia, y un poco menos de media Europa donde internet todavía no ha llegado y se le ha adelantado y mucho la telefonía móvil.

Visto que el covid no ha tenido, por el momento, la mortalidad para la que se proyectó, y aunque ha cumplido de sobra con el derroche económico de compras, ventas, estraperlos y licencias, mientras nos hablan de terroríficos apagones de energía, cosa que en muchas selvas y lugares habitados ni preocupa ni se han enterado, pero el covid sí ha llegado, es muy probable que en la “mutación del bicho” esté el gran miedo agazapado que limpie la superpoblación que tanto asusta a las religiones y al capitalismo.

Porque históricamente está contemplado y escrito, que cuando llega la verdadera revolución, lo que ruedan primero por los suelos son los ídolos y los altares y las piedras de los castillos.

Salud y Felicidad sin covid. Juan Eladio Palmis

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