YA, CASI, TENEMOS PRIVATIZADA LA ATENCIÓN PRIMARIA EN LA SANIDAD

YA, CASI, TENEMOS PRIVATIZADA LA ATENCIÓN PRIMARIA EN LA SANIDAD

Con gran alegría de las empresas privadas que en sus consejos de administración abundan los hábitos y la sotanas de varios colores; con gran alegría de muchos políticos de recorrido mendruguero municipal porque van a repetir en las próximas listas electorales y por eso hacen, a cambio, todo lo que pueden por joder los ambulatorios, y pueden mucho, están logrando que la sanidad preventiva y fundamental, la primaria, desaparezca de todos los pueblos y ciudades españolas, al tiempo que se esponjan aumentando las clínicas privadas.

Dice la derechona casposa de este país que estamos sufriendo un gobierno socialista-comunista; y, en su querer ignorar todo aquello que nos está conduciendo a una sociedad cruel, deshumanizada, con listas de espera que ya en Madrid superan el millón de enfermos, y aquí en la cortijá murciana, un lugar donde campean los años jubilares, los partidos con voto de obediencia al Vaticano-Usa, Vox, en un grado sumo todavía superior al pepé y al pesoe, si tal obediencia puede ser superada, no sienten vergüenza alguna, al contrario, se siente orgullosos de unas lista de espera superior a un año, y con más de trescientos mil pacientes en la citada espera.

Los sindicatos sanitarios, los médicos de los ambulatorios, que están haciendo un trabajo totalmente deshumanizado al no ejercitar la única sanidad posible: la presencial, están siguiendo un protocolo de actuación totalmente orquestado por los partidos políticos y los ayuntamientos que controlan, que alejan a los profesionales de la medicina de una profesión que tenía mucho de vocación y entrega a los demás, para convertirse en domesticados funcionarios ajenos totalmente a los sufrimientos sanitarios que generan con su pasividad de médicos del “teléfono de la rabia y la desesperanza”.

Los centros hospitalarios, probablemente más expuestos a la pandemia que los ambulatorios, aunque los citados hospitales en su administración económica sufren los “agujeros negros” de las empresas de los amichis de los políticos, los profesionales de la sanidad, aún pisando en pasillos llenos de excrementos que les preparan las santas empresas privadas sanitarias que quieren tornar todos los enfermos y convertirlos en clientes y los que no tengan dinero, en cadáveres, los citados profesionales de la sanidad están cumpliendo con su vocación de sanadores de la enfermedad con una ejemplaridad que no existe, ni por el momento se le espera, en la atención primaria sanitaria ambulatoria tutelada por el mendruguero político municipal.

La dictadura de partidos políticos, con más de un millón de asesores bien cobrados y sin estrés laboral alguno, haciéndoles la pelota y otros servicios, manifiestan que mantener la ridícula cifra de una platilla sanitaria de apenas medio millón de personas entre todas las categorías laborales al servicio de la sanidad pública, es un lujo que España no se puede permitir, porque necesita también tener más y mejor atendidos al sector meapilas y sus santos miembros, cuyo número va, en la oculta realidad, en un aumento imparable tanto económico como de número de personas y edificios.

Esperemos que la reforma laboral, ataje la interinidad de los médicos y los demás funcionarios de la sanidad, donde gracias a unos interinajes para media vida, permite que los ayuntamientos putean a su gusto y placer al sector básico de la calidad de vida de un país como es el sanitario.

Y si no actúan pronto, tenemos nosotros los vecinos, la obligación de actuar al respecto.

Salud y Felicidad sin covid. Juan Eladio Palmis

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