CARTA ABIERTA A TRÁFICO, A LA GUARDIA CIVIL, A POLICIAS, MEDIO Y ENTERO AMBIENTE, A LAS I.T.V. Y LOS TUBOS DE E SCAPE DE LAS MOTOS

CARTA ABIERTA A TRÁFICO, A LA GUARDIA CIVIL, A POLICIAS, MEDIO Y ENTERO AMBIENTE, A LAS I.T.V. Y LOS TUBOS DE ESCAPE DE LAS MOTOS

Antes, cuando Correos funcionaba muy bien en España, y por eso se hizo el majuje actual que nadie sabe lo que es, en las cartas se solía poner en la dirección aquello de: “O donde se halle”. Y el formidable cuerpo de los honrados por excelencia carteros cumplían con una obligación muy mal pagada, al estilo habitual de como se paga la honradez en España.

Aquella España, como la de ahora, compuesta por una parte mayoritaria de gente respetuosa con las leyes, e incluso con los habituales y abundantes abusos funcionariales actuales, nos quedamos sorprendidos cuando después de disponer de un ejército de gentes, en teoría, que cobran para evitarlo, pasa el clásico chulo con su moto adaptada a que haga el máximo de ruido posible, en la creencia estúpida de que su arrojo y gallardía por ir en moto nos lleva al orgasmo a los que lo escuchamos.

Y es entonces cuando uno piensa y rememora una retahíla de organismos que el de la moto se los pasa por su matrícula, y va de acá para allá atronando, sin que nadie, mal para su ego, lo aplauda; pero, tampoco sin que nadie le ponga una multa económica y lo tenga quince días en una habitación encerrado a solas con su moto a toda leche de estruendo.

Y ya, donde se alcanza el clímax, es, voy a poner de ejemplo la carretera nacional 332 que en Puerto de Mazarrón que discurre por la calle de una urbanización de un modo “provisional” que pronto va a cumplir los treinta y cinco años de “provisionalidad”, gracias al formidable hacer del pepé y del pesoe y sus cascabeles.

Cualquiera puede intentarlo; pero hay que echarle mucha paciencia y muchos güevos de aguante, cuando vas al ayuntamiento de Mazarrón a quejarte en Medio Ambiente, y te dicen que eso no es competencia de ellos; Cuando vas a la policía local y te dicen que eso tampoco es competencia de ellos. Y claro, sales con esa sensación moderna que se está apoderando de todos los que somos ciudadanos normales de que cuando te das la vuelta dicen aquello: “Pues sí, no tengo yo otra cosa que hacer que aguantar impertinencias de la gente…”.

Entonces lo intentas en la Dirección Provincial de Carreteras. Como hay dos, se pasan la pelota de la nacional a la regional. Nadie quiere asumir competencias que no sean las de dirigir los presupuestos de obras fantasmales. Y cuando expones que existe una carreta nacional que transcurre por una calle, que ellos dicen que es carretera, pero que nadie sabe quién tiene las competencias, uno piensa en el día que ocurra un altercado, o quién está autorizando el que te pongan una multa si dices de ponerte una bañera en medio de la rodadura, o te pones un retrete.

Esta España competencial, que está sufriendo la dictadura política que se refleja claramente en su abundante funcionariado que solamente está para repartirse las “mollas del bacalao”, pero que a las gentes nos tratan con un despotismo propio de gentes que no saben lo que vale la responsabilidad de un puesto creado para servir a la gente y no para servirse ellos, nos ha conducido a una demencial actualidad donde se da la realidad palpable que existe la creencia en la mayoría de los funcionarios que todos nosotros estamos al servicio de ellos.

El hecho nunca visto de que una moto vaya provocando un ruido innecesario y ensordecedor kilómetros y kilómetros, solamente pone de manifiesto que sobran muchas mesas y muchos servidores que se están sirviendo del público.

Salud y Felicidad sin Covid. Juan Eladio Palmis

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