EN CARTAGENA TRIUNFA CON MUCHA FUERZA EL CAPITALISMO RELIGIOSO

EN CARTAGENA TRIUNFA CON MUCHA FUERZA EL CAPITALISMO RELIGIOSO

Y tal sistema, que impide que Rusia, siendo Europa, especialmente desde los Montes Urales (tierra de nuestros ancestros) hacia el poniente hasta toparse con la mar, ha logrado que en vez de estar unidos económicamente todas las tierras continentales europeas, aquellas tierras de negocios mercenarios de Usa de EE.UU, lejanas y brutales, para el capitalismo-religioso, sea la única y posible salvación económica.

Y esa absurda e inculta política, que ha logrado que, dentro del desconocimiento reinante, el abandono total con desprecio de nuestro entorno geográfico, nos está llevando, por vivir en una servidumbre continuada y humillante, a una actualidad de gente en política de la talla de ellos; y a una recesión en la calidad de vida y en los afanes que un día tuvimos por saber y superarnos.

Decía un diplomático y politólogo ruso, que el más peliagudo y difícil problema a superar durante su larga carrera, fue la tremenda incultura de los diplomáticos capitalistas-religiosos. Y, en Cartagena, puerto abierto a la mar africana, que los que han querido estudiar la verdadera historia de la localidad, saben perfectamente que si Cartagena fue algo en el comercio, que ya no lo es (no hay más que ver sus pantalanes marítimos a diario vacíos) tuvo como base lógica su proximidad geográfica a las ciudades norte-africanas.

Pero, como los productos derivados del cerdo, al parecer están llamados, por fuera de los bares, a ser los únicos negocios de la cortijá, porque las lechugas ya la controlan los sajones, uno de los cincuenta países africanos más ricos, de los más desarrollados, la isla fértil en la franja entre el Sahara y el Mediterráneo, Argelia, no tiene ningún interés comercial para una Cartagena, que sigue al pie de la letra su voto de obediencia hasta el fracaso económico total con lo que manden sus cacicones.

Argelia, un país de ingresos muy altos, con exportación de petróleo, gas, cobre, fosfatos, plata, hierro y zinc; con una buena agricultura y una zona pesquera excelente, tiene mucho socialmente que enseñarle a una Cartagena poseída y sometida al capricho ignorante de unos cacicuchos incultos, generadores de políticos de su mismica calaña, que le están cerrando la puerta del comercio al país, con la línea marítima Orán- Cartagena, pasaje y carga, número ocho con la mayor reserva conocida de gas del planeta, y ocupando el número catorce en lo referente a las reservas de petróleo.

Tenemos tanto en común con ellos y que aprender, que al margen que en nuestro idioma parlante probablemente sumen solamente de la lengua bereber más de cinco mil palabras, allí están los argelinos totalmente opuestos (al contrario que aquí) a las privatizaciones de las empresas de interés nacional, y controlan las inversiones extranjeras, mientras que el capitalismo-cristiano nos ha inundado, ahogando, con sus extranjerismos, hasta el extremo que no ha de pasar mucho tiempo que se prohíba oficialmente comer tortilla de patatas, y solo se pueda comer hamburguesas cubiertos con una gorra con la visera hacia atrás.

Cartagena, de establecer una línea comercial con Oran, con el populoso y rico en recursos y posibles comerciales del Magreb, de la noche a la mañana se esponjaría llena de futuro; pero algo así, ni entra en los cálculos del casperío cortijero, ni puede entrar porque a ellos, al grupo, lo que le interesa son los jornales de miseria y el derecho de pernada laboral y de lo otro.

Porque lo que prima para todos los mandamasillos que nos está jodiendo, son el sillón político, y el ser muy obedientes con el casperío murciano, para que los dejen ir en las próximas listas políticas a seguir jodiendo todo lo que puedan y un poco más.

Porque la gente, lo que demanda, son los asuntos de los bares, que es donde arranca o muere la moderna libertad, que mucho necesita del apoyo del alcohol y otros productos varios que todos, o la mayoría, pasan por nariz.

Salud y Felicidad sin covid. Juan Eladio Palmis.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.