LA SALVAJADA DEL PROYECTO DEL GORGUEL

LA SALVAJADA DEL PROYECTO DEL GORGUEL

Es un proyecto de tanta maldad para España, para Cartagena, que está siendo soplando desde fuera y alentándolo, para que sea el remate final de otro gran desastre ecológico, y por lo tanto económico, para esta tierra sin justicia.

Aunque no sirva para nada, conviene recordar a nuestros queridos lectores lo que desde el revisionismo histórico se puede vaticinar lo que va a pasar con el proyectado puerto del Gorguel sobre el puerto de Cartagena, viendo y analizando lo que pasó con uno de los Despotismos impuestos a España desde fuera.

Lo único que unía comercialmente a los cuatro virreinatos que se instituyeron en Las Indias, las cuatro capitanías, y los regiones o las subregiones, por fuera de la monserga del catolicismo, fueron las grandes ferias comerciales internacionales de Portobelo, en la costa panameña del mar Caribe, y la de Veracruz, también abocada a la mar Caribe.

A pesar de las tiranteces económicas que se crearon entre los puerto de Lima y Buenos Aires, o El Callao y Guayaquil, por ejemplo, o Montevideo y el Plata, a la manera y modo español, las grandes ferias internacionales caribeñas, Veracruz y Portobelo, con duraciones que era normal que estuviese abiertas más de un mes, servían de nexo de unión y conocimiento entre tierras, gentes y ciudades de habla española, hasta que llegaron los franceses, y nos “regalaron” a los Borbones y sus reformas para ahogar España y sus colonias.

Ahora, como junto al disfrute de los Borbones, España es un país con voto de obediencia al capitalismo-religioso extranjero (principalmente sajón, procedente de los paraísos fiscales), para mover el dinero muerto de los robos políticos; y, aún, aumentar la cuenta, las obras faraónicas, como los aeropuertos y los puertos, o las autopistas muertas, que no tienen utilidad social alguna, son un modo moderno de trastocarlo todo, como en su día lo hicieron los Borbones y Francia, con el silencio inglés y holandés, que apostaron fuerte, y trastocaron todo lo español en claro beneficio de ellos.

La incapacidad regional de la zona murciana o levantina, actual, y aún peor la futura con el desarrollo de los ferro- buques transportando vagones de ferrocarril, que están poniendo en un apuro al Canal de Panamá y al de Suez, es algo que, al ilustrado cuerpo de “trincadores tránsfugas” que nos gobiernan ni les interesa ni les preocupa porque saben que van y están de paso en la política, y en esponjarse económicamente a nivel personal y particular ya tienen su objetivo logrado.

Los contenedores, como las tiendas de las llamadas grandes superficie, según los entendidos, han llegado a su cenique, y poco más arriba van a auparse; y aunque tal realidad comercial no le importe a los que piensan en el Gorguel no como un “producto terminado”, (ese no es el fin) sino como un gran generador de partidas económicas fáciles de camuflar, para seguir subvencionando y engordando el golferío político y empresarial de fuera.

Cuando a mediados del siglo XVIII, los franceses con “sus Borbones” y el silencio cómplice de Holanda e Inglaterra, destrozaron todo los español en Las Indias y Filipinas, que a su modo y manera funcionaba, unía, y se había consolidado. Cuando en pleno siglo XXII, con el silencio cómplice de todos los partidos políticos, en Cartagena se habla de cerrar y hundir el puerto tradicional, y hacer uno nuevo que resuelva, el puerto en sí, los pantalanes, la incapacidad productora de recursos y bienes de equipo de la zona, la historia con sus hechos pone de manifiesto que algo así tiene otros objetivos diferentes de progreso y mejor comercio.

Desde que el puerto actual de Cartagena pasó al completo a politizarse, comenzó un proceso imparable de derrumbamiento y miseria, que, en vez de atajarlo, continuamente se le está hurgando en la horrible herida comercial.

Salud y Felicidad sin covid. Juan Eladio Palmis

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